Nuevo Testamento

lettres communautes chretiennes

Cartas dirigidas a las primeras comunidades cristianas

Pues dice él a Moisés: seré misericordioso con quien lo sea; me apiadaré de quien me apiade. Por tanto, no se trata de querer o de correr, sino de que Dios tenga misericordia.
(Carta a los Romanos 9, 15-16)

Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, a que os ofrezcáis a vosotros mismos como un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual.
(Carta a los Romanos 12,1)

El que da con sencillez; el que preside, con solicitud; el que ejerce la misericordia, con jovialidad.
(Carta a los Romanos 12,8)

Y para que los gentiles glorificasen a Dios por su misericordia, como dice la escritura: por eso te bendeciré entre los gentiles y ensalzaré tu nombre.
(Carta a los Romanos 15,9)

Bendito sea Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación.
(2ª Carta a los Corintios 1,3)

Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo: por gracia habéis sido salvados.
(Carta a los Efesios 2,4-5)

A mí que antes fui un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero encontré misericordia porque obré por ignorancia cuando yo no era creyente.
(1ª Carta a Timoteo 1,13)

Mirad cómo proclamamos felices a los que sufrieron con paciencia. Habéis oído la paciencia de Job y sabéis el final que el Señor le dio; porque el Señor es compasivo y misericordioso.
(Carta de Santiago 5, 11)

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo quien, por su gran misericordia, mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva.
(1ª Carta de San Pedro 1,3)

La gracia, la misericordia y la paz de parte de Dios Padre y de Jesucristo, el Hijo del Padre, estarán con vosotros según la verdad y el amor.
(2ª Carta de San Juan 1,3)

A vosotros, misericordia, paz y amor abundantes.
(Carta de San Judas 1,2)

Manteneos en la caridad de Dios, aguardando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
(Carta de San Judas1, 21)