El mensaje del Papa para los jóvenes y para todo el pueblo de Dios
Después del sínodo de los jóvenes, el Papa Francisco redactó Cristo Vive, que retoma muchas propuestas expresadas por los jóvenes del mundo entero, durante el sínodo.
En Cristo Vive, « Misericordia » aparece tres veces, cuando el Papa evoca el compromiso de los jóvenes. (cf. 168, 173, 177).
Jóvenes comprometidos
168. Es verdad que a veces, frente a un mundo tan lleno de violencia y egoísmo, los jóvenes pueden correr el riesgo de encerrarse en pequeños grupos, y así privarse de los desafíos de la vida en sociedad, de un mundo amplio, desafiante y necesitado. Sienten que viven el amor fraterno, pero quizás su grupo se convirtió en una mera prolongación de su yo. Esto se agrava si la vocación del laico se concibe sólo como un servicio al interno de la Iglesia (lectores, acólitos, catequistas, etc.), olvidando que la vocación laical es ante todo la caridad en la familia, la caridad social y la caridad política: es un compromiso concreto desde la fe para la construcción de una sociedad nueva, es vivir en medio del mundo y de la sociedad para evangelizar sus diversas instancias, para hacer crecer la paz, la convivencia, la justicia, los derechos humanos, la misericordia, y así extender el Reino de Dios en el mundo.
173. Como en el milagro de Jesús, los panes y los peces de los jóvenes pueden multiplicarse (cf. Jn 6,4-13). Igual que en la parábola, las pequeñas semillas de los jóvenes se convierten en árbol y cosecha (cf. Mt 13,23.31-32). Todo ello desde la fuente viva de la Eucaristía, en la cual nuestro pan y nuestro vino se transfiguran para darnos Vida eterna. Se les pide a los jóvenes una tarea inmensa y difícil. Con la fe en el Resucitado, podrán enfrentarla con creatividad y esperanza, y ubicándose siempre en el lugar del servicio, como los sirvientes de aquella boda, sorprendidos colaboradores del primer signo de Jesús, que sólo siguieron la consigna de su Madre: «Hagan lo que Él les diga» (Jn 2,5). Misericordia, creatividad y esperanza hacen crecer la vida.
177. « ¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El Evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor»[94]. Y nos invita a ir sin miedo con el anuncio misionero, allí donde nos encontremos y con quien estemos, en el barrio, en el estudio, en el deporte, en las salidas con los amigos, en el voluntariado o en el trabajo, siempre es bueno y oportuno compartir la alegría del Evangelio. Así es como el Señor se va acercando a todos. Y a ustedes, jóvenes, los quiere como sus instrumentos para derramar luz y esperanza, porque quiere contar con vuestra valentía, frescura y entusiasmo.
(Exhortación apostólica post-sinodal Christus Vivit del Papa Francisco a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios – 25 de marzo 2019).