Ellos expresan

La misericordia es: «Una compasión del corazón (cor en latin) por la miseria de otro que nos empuja a socorrerlo, si podemos».
San Agustín

La misericordia es lo propio de Dios, su poder consiste justamente a hacer misericordia.
Santo Tomás de Aquino

La Misericordia es como un torrente desbordante. Que arrastra los corazones a su paso.
San Juan Maria Vianney, cura de d’Ars

Misericordia, reemplazar lo que falta, es decir reparar. Dar, curar, vendar cuerpos y almas. Nosotros debemos a los cuerpos que nos han sido confiados un máximo de orden. Nosotros debemos a las almas todo lo que debemos de luz. Debemos a todo ser un máximo de amor completo: humano y divino. Es el servicio por excelencia.
Madeleine Delbrel

La misericordia es el registro de todos los movimientos de la Iglesia. Nada de insulso, nada de infantil en ella. Al contrario es necesario un alma firme y determinada para vivirla, pues si ella tiene compasión hacia el que sufre, ella es también una revolución contra el sufrimiento o la injusticia que lo oprime.
Mgr. Jean-Louis Bruguès, mayo 2002.

Finalmente, la Misericordia no es una gran palabra. Cotidianamente se puede vivir dándose sencillamente, estando abiertos, sin ser mártir, confiando las cosas al amor de Cristo. Antes que nada hay que aceptarse así mismo, con sus errores, y el amor de Dios, en ese sentido, es un consuelo. La misericordia, es también aceptar eso que podemos hacer y lo que no podemos hacer.
Fanny, 25 años.

La misericordia no es en ningún caso, ser indiferentes delante de la injusticia o de la violencia. La misericordia no es una sensiblería altruista que borraría el mal; ella es un cumplimiento y un más allá de la justicia y la reparación del perdón. La Misericordia es una compasión delante de las heridas del mal moral o físico y de un deseo de superarlo o al menos de ponerle un límite. Ella es la fuerza de la verdad y del amor que se opone al mal y busca a vencerlo con el bien.
Mgr Albert-Marie de Monléon, o.p.